LA MANZANA, FRUTO DEL PKDO

EN EL PARAÍSO

La manzana asturiana es una importante apuesta por lo nuestro

«Una de las fuentes de riqueza más importantes de nuestro medio rural son las pomaradas y por ello no debemos dejarlas en el olvido, continuando año tras año con la importante tradición de mantener y aumentar las mismas. Gran relevancia tienen nuestros cosecheros, los cuales, repartidos por diversos lugares de nuestra geografía ponen toda su atención en el cuidado de sus pumaradas, la posterior recolecta y entrega del fruto en su momento óptimo.».

— D. Juan José Tomás Pidal – Gerente de Sidra Jr.

La manzana es el alma de la sidra. Solo una acertada combinación de variedades dulces, ácidas y amargas nos proporcionan unas cualidades inigualables en la obtención de sidra natural de calidad, rica en aroma, color y sabor.

Cuando la manzana alcanza su grado óptimo de maduración se recoge en las pumaradas y traslada a la bodega donde se realiza un lavado y escogido manual del fruto, rechazando todo aquel que no esté en buenas condiciones.

Trituradas las manzanas obtenemos el mosto en las prensas neumáticas y lo depositamos en los toneles para que realicen las diferentes etapas de las que consta la fermentación.

Los tresiegos (mezcla de una sidra con otra) realizados con sabiduría y acorde a los diferentes mostos que podemos encontrar (más o menos amargos, ácidos, afrutados) determinan el sabor característico de nuestra sidra.

El control de la temperatura de la sidra es uno de los avances más beneficiosos en este llagar. Con ello podemos garantizar que la fermentación se realiza a la temperatura adecuada independientemente de las condiciones meteorológicas. Al igual que la conservación en los toneles hasta que alcance los parámetros y el sabor adecuado para su embotellado.

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